miércoles, 26 de septiembre de 2012

"Cada viaje que hacemos es como vivir una pequeña vida"

Recuperamos nuestra sección MUND entrevista que habíamos dejado con la artista Teje la Araña. Hoy entrevistamos a Roberto Rodrigo, montañero patrocinado por MUND y compañero de Isabel García. Juntos han ascendido innumerables cimas, han superado grandes retos y también han vivido experiencias difíciles en la montaña. Sin más os dejamos con la entrevista. Disfrutadla.


Bienvenido al blog de MUND, Rober. En la entrevista que hicimos a tu compañera Isabel nos decía que eres un apasionado de la montaña. ¿Recuerdas cuándo empezó esta pasión y cómo surgió?
Cómo no voy a recordar esos primeros pasos por las montañas del País Vasco con mis tíos y mis padres. Eso fue hace 37 años y desde entonces siempre he practicado deportes relacionados con la montaña.

¿Crees que es más motivante para Isa y para ti el hecho de que, como pareja, compartáis vuestros retos y vuestras ascensiones?
Pues sí que se nota y motiva compartir esta afición con la pareja, por lo menos en nuestro caso. Estos últimos 11 años han sido muy intensos en viajes, escaladas, aventuras y en sufrimientos. Al estar juntos, muchos de los viajes los hemos planificado en el día a día o en el transcurso de otros viajes; poco a poco los vamos madurando y luego dan lugar a nuestras “pequeñas aventuras”. Así, aunque estemos mucho tiempo juntos no nos da tiempo a aburrirnos... Seguimos planificando nuevos retos.


Imaginamos que vuestros viajes para escalar montañas en diferentes rincones del mundo os ocuparán buena parte de vuestras vacaciones o tiempo libre. ¿Cómo planificáis esos viajes?
Pues la verdad es que algunas expediciones han sido una locura, Isa tenía que pedir permisos especiales y yo he tenido que ir a currar sábados o festivos, así que alguna expedición la hemos confirmado a un mes de la salida. Sí es verdad que intento aprovechar al máximo los viajes, un ejemplo es cuando vine de Alaska; llegué al aeropuerto de Sondika a las 12 del mediodía y a las 2 de la tarde estaba fichando en el trabajo con un bocadillo que me había llevado mi ama al aeropuerto.

Tal y como dice el título de vuestro blog, Isa y Rober por el mundo, nos consta que los dos habéis recorrido medio mundo escalando diferentes montañas de diferentes alturas. ¿Hay algún viaje o alguna montaña que tengas en la memoria por haber sido especial?
Un viaje podría ser las Navidades que pasamos en Uganda viendo los gorilas de montaña y escalando en el Rwenzori. Una montaña... en mi cabeza muchísimas, pero una expedición que será inolvidable fue cuando ascendí el Khan Tengri y el Pobeda en el 2005.

¿Cómo influyen las condiciones meteorológicas en las grandes cimas? ¿Hasta qué punto pueden condicionar una ascensión?
El tiempo es fundamental. Hoy en día todo el mundo está esperando en el campamento base al parte meteorológico para los próximos días. Si es bueno puedes intentarlo, pero si no, no tienes nada que hacer. Puedes haber entrenado mucho y estar muy fuerte, pero si no hay una ventana de buen tiempo, te vuelves para casa sin la guinda de la cumbre. Eso nos pasó en el Makalu. Íbamos muy bien para cumbre los dos juntos, a las 8 de la mañana estábamos en la arista a 8.400 m. de altura y se levantaron vientos de 60 a 80km/h.; no éramos capaces de ponernos de pie y nos tuvimos que dar la vuelta viendo la cumbre ahí mismo.

Pero habiendo ascendido 8.400 m. del Makalu se puede decir que ese ocho mil es vuestro, ¿no? ¿O resulta imprescindible hacer cima para que uno se quede plenamente realizado?
Para el objetivo de los 14 ochomiles, hasta que no estás en la cumbre no se puede decir que lo has ascendido. Para ti mismo puedes decir que conoces la montaña casi entera, así que personalmente no volvería a pagar un permiso tan caro cuando hay tantas montañas en el mundo que todavía no he ido y no conozco; otra cosa es que una determinada te apetezca ascenderla y vuelvas otra vez.


¿Qué soléis comer y beber a esas alturas?
La verdad es que cada vez menos; ahora preferimos pasar un poco de hambre y subir con menos peso que llevar muchas cosas en la mochila que luego ni pruebas. Lo que casi siempre llevamos son embutidos, sopas, té, barritas, ensaladillas.

En la entrevista a Isa, nos llamó mucho la atención cuando nos dijo que no nos imaginábamos lo difícil que es hacer cualquier cosa a ocho mil metros de altitud. Cuéntanos qué es lo que resulta más complicado de hacer.
Para mí lo más duro es llegar con todo tu material a la espalda y tener que hacer la plataforma y montar la tienda. Otra cosa que aunque no es agotadora físicamente se hace muy dura es estar fundiendo agua el resto del día para hidratarse. Por eso yo siempre he dicho que hay mucha diferencia en llevar o no llevar sherpa de altura.


A propósito de lo que comentas, sabemos que en los ocho miles que habéis hecho, ni Isa ni tú habéis usado oxigeno para subir, ni os habéis acompañado de sherpas. ¿Por qué no os gusta contar con este tipo de ayudas? ¿Creéis que una ascensión tiene más valor cuando se realiza sin ellas?
No es que no nos guste, sino que siempre nos ha gustado hacer las montañas lo más limpio posible, este es el gran motivo. También coger un sherpa supone bastante dinero extra que nosotros no nos podemos permitir, ya que la mayoría de la expedición la pagamos de nuestro bolsillo.
Y, no sé si tiene más o menos valor, pero lo que sí es seguro es que es bastante más fácil conseguirlo con estas ayudas. Te voy a poner un ejemplo muy sencillo: este año han hecho el Everest con oxígeno y sherpas más de 500 personas, y sin oxígeno 4. Y éstos eran grandes alpinistas y conocedores del Himalaya. Si además no llevas sherpa de altura todavía se nota más, imagínate el día que vas a subir al C3 o al C4 la diferencia de ir con 15 kilos a ir con 3 kilos, por ejemplo. Eso supone un esfuerzo extra que el día de ataque a cumbre te puede pasar factura.


Eso es algo que nos llama mucho la atención. Recientemente un alpinista profesional hablaba de “atasco en el Everest”, refiriéndose a la gran cantidad de gente que lo asciende, ayudados por sherpas y personal más cualificado. ¿Crees que tal vez se está desvirtuando un poco el alpinismo? ¿No es exagerado que ascensiones tan exigentes se hagan casi como si fueran excursiones de turistas?
Se han desvirtuado algunas montañas, pero no el alpinismo en general. Hay muchos alpinistas que siguen haciendo cosas muy interesantes en las montañas y dignas de admiración. Cada uno tiene que decidir cómo quiere trabajar, disfrutar y vivir la montaña. Yo sé cómo las intentamos hacer nosotros y respeto la manera de hacerlo de otras personas, aunque no esté de acuerdo con ello.

En una entrevista tuya leímos que para ascender una gran cumbre tienes que estar bien preparado psicológicamente, ya que hay veces que tienes que pasar siete veces por el mismo sitio. ¿Nos puedes explicar un poco por qué sucede eso?
A partir de los 4.000 m., más o menos, necesitas aclimatar. Para ello hay que subir y bajar de altitud varias veces, para que el cuerpo se vaya acostumbrando. También se aprovecha para ir montando los campos de altura C1, C2, C3 y C4 y dejarlos abastecidos de material y comida; es por esto por lo que tienes que pasar varias veces por el mismo sitio. Es muy importante hacer las puntas de aclimatación, ya que como no aclimates bien tienes muy pocas opciones de hacer cumbre.


Nos consta que has vivido momentos muy especiales, pero también momentos difíciles en la montaña. ¿Al final uno se queda sólo con lo positivo, o los momentos difíciles también cambian la manera de plantearse nuevos retos?
La verdad es que cada viaje es como vivir una pequeña vida. Cada montaña te deja unos recuerdos, algunos positivos, otros negativos. Lo que hay que hacer es aprender de los negativos y disfrutar de los positivos. Está claro que si el negativo es una lesión fuerte o la muerte de un amigo, tu cabeza cambia (y mucho) los nuevos retos y la forma de concebir la vida. Pero la vida es así, en todas las facetas.

Aparte del montañismo sabemos que practicas también la escalada. ¿Cuál de las dos disciplinas supone más sacrificio? ¿Con cuál disfrutas más?
Cada una tiene su parte de sacrificio; una exige más trabajo de fuerza y constancia, como la escalada, y la otra más trabajo aeróbico. De todas maneras, el sacrificio se compensa con creces con la satisfacción que sientes al realizarlo. Me gustan las dos disciplinas porque están relacionadas con la naturaleza, pero la escalada y sobre todo la escalada alpina me ha llenado muchísimo, especialmente estos últimos 11 años escalando con Isabel de cordada.


Cuando entrevistamos a Isa le pedimos que nos recomendara una excursión en alguna montaña de su tierra, y nos habló del Collado Jermoso. ¿Cuál nos recomiendas tú?
Aquí en el País Vasco una que me parece muy bonita es subir desde Atxarte hasta el Alluitz, luego recorrer la arista hasta el Amboto, con el Paso del Diablo en medio, y por último bajar de nuevo hasta Atxarte por la Fuente del Pol-pol.
Aunque otra que me gusta mucho es la arista desde el Madejuno hasta el Llambrión (Picos de Europa), y dormir a la vuelta en Cabaña Verónica, aunque desde que nos abandonó su guarda (Mariano Sánchez) ya no es lo mismo para nosotros.

¿Cuál es tu modelo de calcetín MUND favorito?
Son muchos los que me gustan, pero para montaña me quedaría con el modelo Pamir y para correr el modelo Ultra Raid.

Nada más, Rober. Muchas gracias por participar en el blog de MUND y esperamos que tanto Isa como tú volváis pronto a la montaña con nuevos retos.


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viernes, 21 de septiembre de 2012

MUND en el mundo: Polonia y la única selva virgen de Europa


Retomamos nuestra sección MUND en el mundo, que habíamos dejado después de darnos una vuelta por Australia. Esta vez vamos hasta Polonia, ¿nos acompañas?

Si bien el Reino de Polonia fue formado en el año 1025, hay yacimientos que datan la vida allí desde 3.500 años A.C. Este país, situado en el centro de Europa, ha sufrido en sus propias carnes algunos de los momentos más grises de la historia del S. XX. Tras padecer la invasión primero de los nazis y después del régimen comunista, Polonia tuvo que saber sobreponerse y recuperar poco a poco el pulso de vivir bajo su propia identidad.

MUND cuenta con más de 50 distribuidores repartidos por todo el mundo, pero guarda una relación muy especial con Polonia, por ser uno de los primeros. MUND lleva exportando calcetines allí desde 1999.  A pesar de la dificultad de hacerse un hueco en el mercado polaco debido a la gran cantidad de marcas locales, MUND ha logrado establecerse con el paso de los años y hacerse una marca muy conocida en Polonia. Desde hace trece años cuenta allí con un público muy fiel.



MUND exporta sus calcetines a las principales ciudades de Polonia: Varsovia, Cracovia, Breslavia, Poznan o Gdansk, por citar algunas. Piotr Smialek, nuestro distribuidor allí, nos dice que son el fútbol, el volleyball, el esquí y el running los deportes que más interesan a los polacos. De los modelos de MUND, el Teide y el Explorer son los preferidos por ellos desde hace muchos años.

La selva de Bialowieza
105 km cuadrados de naturaleza en estado casi salvaje, árboles con un promedio de vida superior a 120 años, lobos, linces, alces, ciervos, nutrias… ¡y bisontes! Esta es la flora y fauna que podrá encontrar quien decida visitar la selva de Bialowieza, sin duda el lugar con la mayor riqueza natural de Polonia, y diríamos que de toda Europa.


Declarado por la UNESCO Patrimonio Natural de la Humanidad y Reserva de la Biosfera, nosotros hemos elegido el Parque Nacional de Bialowiezia para ilustrar nuestra entrada sobre Polonia en el blog, ya que se trata del último sistema forestal que queda virgen en Europa.


En el Parque (situado a unos 260 km al este de Varsovia), se preserva una zona de casi 50 km que está especialmente protegida y a la cual sólo puede accederse con guía. Desde allí, si tiene suerte, el visitante podrá ver manadas de bisontes que habitan en el Parque. Actualmente se estima que viven unos 350 bisontes en libertad, pero si no se dispone de mucho tiempo para recorrer este mágico lugar, existe una zona del Parque donde se muestra al bisonte en cautividad, separado del resto de especies.


Visitar el parque evoca un viaje al pasado, un retorno a varios siglos atrás, cuando bosques densos y misteriosos recorrían Europa y la naturaleza se mostraba en su vertiente más pura y salvaje. Nosotros recomendamos este mágico encuentro.





Fuentes consultadas: Hola Polonia
Imágenes de Bialowieza: Frank Vassen
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lunes, 17 de septiembre de 2012

Cerler 88: una etapa mítica en la Vuelta Ciclista a España

Estrenamos sección en el blog de MUND. La hemos llamado ¿Te acuerdas?, y en ella recogeremos momentos del deporte español que nos marcaron y recordamos con emoción. No trataremos de hacer un inventario con los éxitos de nuestros deportistas, sino que nos centraremos en momentos especiales que, por uno u otro motivo, permanecen en nuestra memoria. Y enlazando con el deporte de nuestra anterior entrada, hoy comenzamos esta sección con ciclismo.

Vuelta Ciclista a España. Año 88. El corredor bejarano Laudelino Cubino, revelación de aquella Vuelta, defiende su maillot amarillo en la etapa que concluye en Cerler. Cuenta con algo más de dos minutos de ventaja sobre su principal rival, el mítico Sean Kelly. Tercero en la general y a pocos segundos del ciclista irlandés está Anselmo Fuerte, compañero de equipo de Lale Cubino. Más alejado en la clasificación pero en un gran estado de forma se encontraba Álvaro Pino, también compañero de equipo del bejarano y, junto con él, principal protagonista de esta historia.

Laudelino Cubino es consciente de que sus posibilidades de ganar la Vuelta pasan por ampliar su ventaja sobre Kelly en esta etapa, que es la última de montaña, terreno que le favorece claramente. Días después aguarda una contrarreloj donde el irlandés es claro favorito. Comienzan las rampas en el final de la etapa y Álvaro Pino imprime un ritmo fuerte para descolgar a Sean Kelly, pero resulta ser el bejarano quien no está bien y a falta de 8 km para la meta se descuelga del grupo. Pino, en un gesto que será siempre recordado por los amantes del ciclismo, decide dejar el grupo y quedarse para esperar a su compañero y ayudarle a reengancharse a la cabeza. Y lo consigue, reintegrándole al grupo casi con un abrazo.


Pero al poco rato Cubino vuelve a quedarse; es faltando 2 km para meta cuando Álvaro Pino recibe órdenes de equipo para esperar al bejarano de nuevo y ayudarle, pero esta vez será demasiado tarde. Fabio Parra es el vencedor de la etapa, seguido de Anselmo Fuerte. Sean Kelly llega poco después en otro grupo. Cubino mantiene su maillot de lider por escasos segundos, tiempo insuficiente para ganar la ronda, que acaba llevándose el irlandés.


Lo curioso es que justo el año anterior Sean Kelly había llegado a Cerler como lider y fue Laudelino Cubino quien ganó con autoridad la etapa, que supuso un gran sufrimiento para el irlandés. Pero un año después pareció que los papeles se invirtieron; así es el ciclismo y así es el deporte.

Nosotros recomendamos a los amantes del ciclismo que revisen este vídeo de youtube de poco más de media hora donde se recoge el final de la etapa. Merece la pena.
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lunes, 10 de septiembre de 2012

De Bruselas a Viena en bicicleta

El pasado mes de julio David Degive y Augusto González, dos deportistas y amigos esponsorizados por MUND, deciden emprender un reto: el de recorrer en bicicleta los 1.255 km que separan las ciudades de Bruselas y Viena en diferentes tramos a lo largo de ocho días. En el caso de David y Augusto la idea supone un reto, ya que ellos acostumbran a practicar deporte en montaña y no tanto en bicicleta. Finalmente el reto lo consiguen y nosotros decidimos hacerles unas preguntas a David sobre cómo fue la experiencia. Aquí las compartimos con todos vosotros. Disfrutadlas.


Hola David, ¿puedes contarnos cómo surgió entre Augusto y tú la idea de recorrer en bicicleta el trayecto que separa Bruselas y Viena?
El año pasado intenté escalar en solitario la Arista de Peuterey, una vía mixta, roca y hielo, muy exigente incluso en pareja. La climatología no me permitió ni siquiera empezar, pero conseguí hacer otra vía un poco menos comprometida que me llevó varios días. Para mí era como el punto y aparte con la escalada, porque en enero me marchaba al Congo a trabajar sin fecha de vuelta. Ante esta situación Augusto se planteó hacer algo en solitario mientras yo estaba en África. La bicicleta siempre le había gustado y la idea de salir un día de casa y no volver a dormir esa noche era muy tentadora. Tenía como referente a un amigo suyo, Agustín Egurrola, que desde los 29 años dedicó sus vacaciones a recorrer el mundo en bici de esa forma, con un presupuesto muy bajo y sin etapas preestablecidas. Con mi vuelta anticipada del Congo aproveché para unirme al proyecto y nos pusimos a trabajar juntos en él.

¿Por qué elegisteis ese trayecto?
En un principio la excusa para diseñar el recorrido fue unir ciudades en las  que tuviésemos algún amigo. El resultado fue más caótico que los recorridos de las actuales grandes rondas, en los que hacen falta desplazamientos en tren o avión para unir etapas. En cuanto lo vimos quedó descartado, pero nos sirvió para darnos cuenta de que en Viena conocíamos a mucha gente. Ese hecho y la sugerencia de otra amiga, que nos habló de los carriles-bici que se extienden a lo largo de los principales ríos de Alemania, bastaron para decidir el trayecto.

Nos consta que para realizar el recorrido os planteasteis llevar sólo lo indispensable. ¿Qué fue lo que finalmente llevasteis?
Sí, esa era la idea, llevar lo indispensable o menos. Sin embargo, al final hemos disfrutado de la fantástica ayuda de mi hermano Seb en el coche de apoyo. Nos montaba un hotel de mil estrellas cada noche y al día siguiente lo recogía. Preparaba la comida e incluso alguna ducha que otra, pero sin masajes. Nosotros en la bici íbamos con lo que se lleva cuando sales un día a entrenar: un juego de repuestos, herramientas y dinero. Y la cámara, para dejar constancia del origen de los calcetines y el maillot.

¿De cuántos kilómetros hacíais cada jornada? ¿Dónde y cómo dormíais?
El día que más hemos llegado a hacer hicimos 207 km, pero como media han sido unos 150 km al día. Cuando veíamos que nos quedaban fuerzas para 30 km más le decíamos a Seb en qué punto acabaríamos aproximadamente y él buscaba un lugar donde poder montar las tiendas (una para cada uno, todo un lujo). Bosques, campos de maíz, campos de frutales y un camping, en éste último casi obligados tras la etapa larga que acabamos en los alrededores de Frankfurt.

Sabemos que tanto Augusto como tú sois más deportistas de montaña que de bicicleta. ¿Por qué ese cambio para este proyecto?
La bici siempre ha estado ahí. Aparte de correr, cuando nos preparábamos para la montaña la usábamos para completar el entrenamiento o como alternativa cuando surgía algún problema de articulaciones. Por lo tanto no nos ha resultado un cambio muy grande. Lo diferente ha sido el uso intenso y extenso que le hemos dado. Además, todo lo que es preparación tanto física como logística, planteamiento y realización es muy similar a las actividades montañeras.

¿Cuál es el balance final que haces de la experiencia? ¿Tenéis pensado repetirla con alguna otra ruta?
Hormigueo en los dedos, rozadura en el perineo y moreno ciclista, obviamente. Un profesional de reconocido prestigio nos recomendó usar unos buenos culotes. Pero ya estábamos en ruta y descartamos ir de tiendas. El balance final es muy bueno. La cumbre no ha estado en el medio de la ruta, sino al final, bien regada con cava. Aun así se ha disfrutado durante todo el recorrido, pedaleando por lugares desconocidos, conociendo gente, paisajes, degustando la fruta de temporada antes de que sea recolectada. Ha sido especialmente placentero el compartir tramos del recorrido con otros ciclistas que incluso antes de mediar la más mínima palabra estaban dándote relevos sin más. Y como toda buena experiencia montañera, cuando acabas de completarla no quieres ni que te hablen de ella y por supuesto que de repetir nadie dice nada. Pero eso dura un ratito, cuando te has duchado y el estómago está lleno de nuevo empieza a funcionar el buscador de rutas y comienzas a pensar en la siguiente. Si hay una próxima será con más desnivel, seguro.

Gracias, David! Desde MUND estamos seguros de que habrá una próxima.


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lunes, 3 de septiembre de 2012

Un atleta muy particular

Este verano hemos vivido unos apasionantes Juegos Olímpicos en Londres, con algunos momentos memorables que han pasado ya a formar parte de la historia del deporte. Pero nosotros no los vamos a mencionar aquí, pues poco o nada se puede añadir que no se haya dicho ya. En algún momento de la competición hemos esbozado una sonrisa recordando a un "atleta" muy peculiar que descubrimos en su día gracias a unos vídeos de youtube. Si no conocéis a Rémi Gaillard os pedimos que le prestéis unos minutos de atención porque nos lo vais a agradecer.

¿Quién es este loco?
Rémi Gaillard (nacido en Montpellier) tras perder su empleo como dependiente en una zapatería comenzó a dedicar su tiempo libre a protagonizar sketches por las calles de su ciudad. Él mismo fue grabando esos vídeos y los subió a youtube; así es como, a través de la red, ha llegado a convertirse en un humorista conocido en todo el mundo.

Rémi y el Olimpismo
De los innumerables vídeos suyos que pueden verse en youtube, a nosotros desde un primer momento nos llamaron la atención aquellos en los que practicaba diferentes disciplinas deportivas de una forma bastante peculiar: gimnasia dentro de un tranvía en hora punta, carreras en establecimientos públicos, boxeo en la carnicería de un supermercado o salto de longitud en una obra. Nada parece detener a este descarado personaje que, como podréis ver en los vídeos, algunas veces tiene que salir corriendo para evitar que lo alcance algún indignado transeúnte que ha sido el blanco de sus bromas. En estos tiempos difíciles en los que vivimos a veces nos olvidamos de sonreír: nosotros con la entrada de hoy queremos ayudar a despertar sonrisas adormecidas, de la mano de Rémi Gaillard.

Selección de vídeos
Vídeo de gimnasia en un tranvía


Vídeo de decathlon callejero
Vídeo de 4x100 relevos
 
 
Si queréis ver más vídeos de Rémi Gaillard podéis visitar su web.



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