martes, 20 de octubre de 2015

K2: la montaña salvaje

Quizá el K2 sea el ocho mil más bello y enigmático de todos los que existen, el más seductor y sugerente, pero también uno de los más crueles. Contemplando su perfil de garra afilada puede intuirse el halo de leyenda negra que rodea a esta cima de 8.611 metros de altura, la segunda más alta del planeta, y también la segunda más letal. Son muchos los montañeros que han confesado su atracción por esta montaña a pesar de su dificultad técnica y de las numerosas vidas que se han quedado en sus laderas, ¿a qué se debe esta fascinación? Vamos a intentar averiguarlo. Después de hacer cumbre en el Kangchenjunga hoy nuestra sección Los Techos del Mundo alcanza el K2 para acercarnos a esta bestia de roca y hielo.



El ocho mil más difícil

El majestuoso K2 se ubica en la cordillera de Karakórum (monte Everest), entre China y Pakistán. No es casualidad que se le conozca como la montaña salvaje, pues es la más complicada de ascender en todo el mundo y la segunda más mortífera de todas, sólo superada en siniestralidad por el Annapurna. Su cumbre se asemeja a una pirámide y una de sus principales características es la enorme pendiente que hay en cualquiera de sus caras. 

La parte final de la montaña se eleva muchísimos metros en muy poca distancia; no hay ninguna otra cima en el mundo que tenga semejante desnivel. Por si fuera poco, la montaña suele presentar casi siempre un clima muy adverso y su tramo final está formado por roca y hielo, por lo que éste debe realizarse escalando. Además, su descenso es quizá el más complicado y peligroso de todos los ocho miles. Éstas son las causas de su extrema dificultad y de que muchos alpinistas hayan dejado allí la vida. Si nos atenemos al dato de que más de 6.000 montañeros han escalado el Everest mientras que poco más de 300 han conseguido subir el K2 nos podemos hacer una idea de las dificultades que entraña ascender este ocho mil.



Primera ascensión y el año negro del K2

El K2 intentó escalarse por primera vez en 1902, pero no se alcanzó su cumbre. Tras este primer intento se realizaron nuevas escaladas en diferentes años, todas frustradas hasta que en julio de 1954 los escaladores italianos Lino Lacedelli y Achille Compagnoni consiguieron coronar la cima encabezando una expedición con los mejores alpinistas de Italia en aquellos momentos. Sólo ellos dos pisaron la cumbre. 



Durante décadas se pensó que los dos escaladores habían llegado a la cima sin utilizar oxígeno, pero después ha llegado a saberse que sí que utilizaron oxígeno en la parte final de la ascensión, a pesar de que no lo reconocieran. Además de la primera ascensión tenemos que recordar el año más negro del K2: 1986. Esta fecha marcaría la terrible dureza de la montaña, pues uno de cada tres escaladores que intentó coronarla ese año perdió la vida. En total fueron 13 alpinistas fallecidos de diferentes expediciones y nacionalidades por 27 que lo consiguieron, una cifra desmesuradamente alta y que sirvió para replantear el peligro que supone escalar este ocho mil.



Fotografía 01: Stefanos Nikologianis
Fotografías 02, 03 y 05: Maria Ly

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